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lunes, 1 de octubre de 2007




El sexo después de la menopusia

Además de los síntomas físicos, la menopausia supone una de las etapas de mayores cambios en la vida afectiva de una mujer. Si las alteraciones físicas y emocionales suponen para muchas mujeres una disminución de la libido, para otras conllevan una mayor liberación sexual. No podemos olvidar que actualmente una mujer en torno a los 50 años sigue siendo activa, bella, seductora y está dispuesta a disfrutar de la vida.


Relaciones durante la menopausia

Esta nueva etapa se caracteriza por cambios físicos y afectivos que muchas veces se escapan a los tratamientos médicos. La terapia hormonal no es una solución milagrosa: los aspectos psicológicos influyen tanto como los fisiológicos sobre la sexualidad de una mujer después de la menopausia.

Pero contrariamente a lo que creen muchas de ellas, la menopausia no supone una pérdida del deseo. De hecho, muchas mujeres comienzan a tener un gran apetito sexual en esta etapa motivadas por el hecho de no poder quedar embarazadas y tener más tiempo para ellas.

La menopausia natural o provocada es la consecuencia de la baja producción de hormonas femeninas (estrógenos y progesterona). Esta caída hormonal supone el fin de la menstruación y diversas alteraciones internas y externas de los órganos sexuales: el vello púbico es menos numeroso y la vagina tiene a atrofiarse, haciéndose más pequeña y estrecha si no se mantienen relaciones sexuales.

Efectivamente, la vagina sufre cambios importantes. La sequedad, la pérdida de elasticidad y la alteración del pH a causa de los cambios hormonales pueden provocar infecciones, inflamaciones o heridas que dificultan o hacen dolorosas las relaciones sexuales. Pero esto puede solucionarse con más excitación previa o la utilización de cremas lubricantes.

Estos problemas se agravan en las mujeres que no mantienen relaciones. Las que llevan una vida sexual activa mantienen su vagina en mejores condiciones.

Por otra parte, el miedo del hombre a hacer daño a su pareja puede provocarle a él problemas de erección. Paciencia y comunicación son claves en esta etapa. La utilización de lubricantes no grasos puede solucionar la sequedad vaginal. Sin embargo, los baños muy calientes, los aceites de baño y los antihistamínicos tienden a aumentarla.

La terapia hormonal sustitutoria ayuda a evitar los problemas de sequedad vaginal y la irritación, además de tener un efecto positivo sobre el sueño y el humor. Estos tratamientos pueden administrarse en forma de cremas, parches o píldoras.

Tratamientos similares a la píldora contraceptiva pueden tener efectos similares sobre las modificaciones vaginales. Los que utilizan testosterona ayudan a aumentar la libido, pero deben ser administrados con mucho control para no producir los efectos masculinizantes de esta hormona.

Los tratamientos de sustitución hormonal son los más indicados, pues ayudan a prevenir la osteoporosis y las patologías cardiovasculares ligadas a la menopausia. Los efectos secundarios deben ser tratados de manera individual en cada mujer.

Las consecuencias de la menopausia varían de una mujer a otra. Los cambios físicos y emocionales entrañan en muchas mujeres una disminución de la libido que puede conducirles al abandono total de la vida sexual, lo que también puede estar motivado por la aparición de problemas eréctiles en el hombre.

Pero esta situación suele estar más provocada por una vida sexual poco activa en etapas anteriores de la vida de la pareja. Además, la independencia de los hijos, la jubilación, la irritabilidad y el malestar físico pueden conducir a una situación de depresión. Los prejuicios respecto a la sexualidad en la edad madura hacen también que la actividad sexual se abandone.

La esperanza de vida de las mujeres, superior a la de los hombres, da como resultado un mayor número de viudas, que generalmente se ven incapaces o ven mal buscar una nueva pareja. Las enfermedades, operaciones quirúrgicas o los efectos secundarios de ciertos medicamentos también hacen difícil la vida sexual en esta etapa.

La pérdida del deseo sexual es un síntoma común de depresión, algo muy habitual en muchas postmenopáusicas. Sin embargo, muchas mujeres que disponen de más tiempo libre después de la menopausia y menos responsabilidades, ven en ello motivos suficientes para reactivar su vida sexual y su erotismo.

Entre las mujeres maduras mantener relaciones sexuales es algo importante y normal. Se trata de mujeres activas, sin responsabilidades y que puede disfrutar, ahora más que nunca, de las relaciones sexuales sin preocupaciones.

Además, el sexo no tiene por qué limitarse al coito. Es el momento, por qué no, de experimentar, sobre todo con los sentimientos, sensaciones y emociones.

Extraido de : www.terra.es http://www.terra.es/mujer/articulo/html/muj5428.htm

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